Caminó por el borde de la isla, sus piernas trazando extraños y perfectos círculos de energía en el aire, como ruedas que giran incansablemente.
No había nadie en la orilla. Él no tenía casi ropa y llevaba un palo que hacía de bastón.
Sin decir nada, con los ojos apenas abiertos, giró y se escurrió entre las palmeras.
Las palmeras hicieron música con el viento de la tarde y fue feliz. Feliz como todos los días.
6 comentarios:
salud sr fraquia¡¡ jaja sote
jejeje, en algún lado había que poner ese modo de andar jaja
Lee "El señor de las moscas". No tiene mucho que ver, pero me lo hiciste acordar. Es muy bueno.
Grande javi!!
Felices pascuas
abrazo
WARNING! SEAT PLEASE HERE (jua)
bellas palabras, qué tal para culminar:
vení. juná que palmera,
linda pa' carpirte la boniatera
jajajaja, me hiciste reir, quién sos?
Javi
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