domingo, 25 de noviembre de 2007

La señora de los gatos

La señora de los gatos vivía, como el nombre indica, rodeada de gatos. La señora de los gatos puede representar a todas esas mujeres que viven acompañadas de gatos. La razón de por qué no hay un señor de los gatos es un misterio para mí, y también debería serlo para ustedes, si es que les importa una pizca el fenómeno de los felinos domésticos.
Lo que sigue a esta introducción son pensamientos aislados que se pueden encontrar en la cabeza de la señora. He tomado cuenta de ellos y los uní dándoles coherencia para que todos podamos leerlos con calma.

"Tengo bien en claro que buscan algo. Ellos no se acercan para regalar cariño o una clásica amistad perruna. Un gato busca siempre el beneficio propio, un ser que se posa infinitamente en la montaña del egoismo. Y eso lo sé, y creo que nadie puede ir en contra de lo que digo".

"Llega el primero y comienzo a acariciarlo con mi mano derecha, mientras, con la otra mano, tomo la jarra de leche y la sirvo en la fuente. Tres van y toman. Las caricias hacen efecto y el primer gato está bajo mi poder: me mira y algo en sus ojos le da un toque milenario que me remonta a las gigantes efigies egipcias".

"Acabo de sentir gran placer cuando dejé a cuatro de mis gatos ronroneando. Se fueron acercando y rozaron mis piernas, buscando el contacto y creo que también dejando su olor. Nunca puedo resistirme a la seducción que usan en mí. A veces siento que no necesito un hombre, para qué si ellos me dan todo".

"Cuando me siento un poco low* los llamo a todos y trato de que permanezcan a mi lado hasta que los malos sentimientos pasen un poco. Las miradas silenciosas y su calor me hacen creer que ellos me entienden a la perfección. Hasta siento que me quieren de verdad. Después, cuando pasa la emoción, me ubico un poco y sé que no es tan así. Pero si me los sacan me muero".

"Hay gente que no le gusta entrar en casa. Hay pelos, pero no hay olor. Primero porque no tienen ese olor que generan los perros, y segundo porque los baño constantemente. Está bien, lo admito, estoy obsesionada con bañarlos. Mañana tengo que comprar shampoo, se está acabando. Y también llamar a Beto** porque creo que a Maia le duele una pata".

La historia de la señora de los gatos no terminó del modo más feliz. Ella perdió el trabajo que le daba más ingresos y no pudo mantenerlos más. Con el paso de los días los gatos se ponían nerviosos: tenían mimos pero les faltaba un poco de comida. Ya no ronroneaban tanto. Empezaron a aprovechar los descuídos y a huir. Un par se escurrieron entre sus patas cuando abría la puerta y huyeron a la libertad del vecindario. Otros por la ventanita del baño, hasta que ella los descubrió. Y cerró la ventana. Fue ésta una época terrible para la señora de los gatos. Un día, desesperada, abrió la casa. Sólo tres se quedaron con ella. Pero esto no fue lo peor de todo, porque con el paso de los días la señora pudo ver a varios de sus antiguos huéspedes desfilar orgullosos por la calle. Siempre mirándola con ojos prácticos y desafiantes, y a ella le daba por llorar y preguntarse qué vecino les estaba dando de comer ahora.


*La señora sabe inglés y le gusta a veces usar expresiones así. Low, en este caso, hace alusión a los momentos más amargos en la vida de ella.
**Beto es el veterinario.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien escrito, pero algo escueto el tema.

Anónimo dijo...

gracias por el comentario lo voy a tener en cuenta.
javi

Arkadia dijo...

Puaj, odio a los gatos. Mi perra Kenia ya se comió como 10 en el correr de su corta vida, y con mi consentimiento.jeje

Las aclaraciones finales son lo máximo: "La señora sabe inglés.."

Saludos,
Arkadia

Anónimo dijo...

Un beso Arkadia. Gracias por los comments, jaja.
Javi

Anónimo dijo...

Javi, comento este último pero leí todos creo. Te tas zarpando, muy buenos bo. Salado, te felictio, un grande.
Gon......cha

P.d: no son tan malos los gatos. de verdad.

pUbLiFrEaK dijo...

Yo odiaba a los gatos. Hasta que Juanito entró a mi vida. Es re dulce. Todo negro y con manchitas blancas.

Salú!

Juan Itu dijo...

Hola!!! me gusto esto de los gatos...pero tengo que discrepar en algo, yo conocí a un señor de los gatos, empezó con una gata que le dio su mamá en us juventud, se separó de su esposa y empezó a llevar más y más gatos, ah! y la primera gata no se quedó atrás y abrió una fábrica de gatitos, a este señor de los gatos le decían "El gato Olea" y tenia muuuuuuchos gatos, este caballero era muy parecido a la señora de los gatos ¿por qué no los presentamos uno al otro? jajajaja...no creo, ya no se donde esta el señor don gato Olea, bueno saludos!! que estes bien! te invito a mi nuevo blog:
http://silenciosevidentes.blogspot.com

Anónimo dijo...

a dudar del poder de congregación de toda señora o señor de los gatos , dado que habitualmente es basado en un acto agoista en pos de cubrir un gran vacio afectivo, se valen de despiadadas manipulaciones de las necesidades felinas, para mantenerlos en su torno, inclusive de raptos de felinos ajenos y cautiverios contra de voluntad natural felina.
En toda congregación de esta especie es muy bajo el porcentaje de gatos dionisios (entiendase gato fiel y desinteresado que permanece por voluntad propia en torno al sr /a)-analogo a penelope
pd:leer escritos de Ch Baud sobre el aire felino- en escritos intimos-cohetes

Anónimo dijo...

los gatos son un misterio grande grande