miércoles, 15 de abril de 2009

L í m i t e s y p r o b l e m a s

De inmediato, tras completar la lectura del último libro acerca del accidente en Los Andes, uno queda conmovido. Es cierto que los problemas de cada cual son siempre los peores y más complicados de superar. Que vivimos inmersos en nuestra realidad, burbuja, vagancia o trabajo. Que terminamos siendo parte de la sociedad. Comemos, nos movemos, interactuamos en mayor o menor grado con los otros, tenemos dinero para vivir. Tenemos familia, novias, amigos, hasta perros y gatos. Dormimos abrigados, vamos a bailar, a comer algo, manejamos un auto, etc. La lista, obviamente, es muy larga.

Si hago el desagradable ejercicio de borrar de un plumazo todo lo dicho antes, le sumo frío polar, muerte, aislamiento, ignorancia e incertidumbre, traumas físicos y mentales, pérdidas, avalanchas, entre mil elementos negativos, que resultan hasta irónicos, mi mente me deja imaginar, por suerte sólo imaginar, Los Andes.

Cuando hace unos años volé por encima de la cordillera y vi los picos nevados infinitos, recordé, sin mucha precisión, la tragedia y el triunfo de la vida que sucedieron allí en simultáneo. ¿Al mismo tiempo se puede estar muriendo y viviendo? Sí, de hecho todos estamos en esa posición. Pero uno se olvida. Como que la muerte queda relegada, necesariamente, para poder vivir el tiempo que nos toca. Ellos no tuvieron esta opción. La realidad mezcló vida y muerte al extremo. Y ahí es cuando todo cambia.

Creo con simpleza, que esta es la historia de supervivencia más insólita e irreal que existió jamás. Está bien que muchos de ellos quieran justificar sus actos, en especial Nando Parrado, que dice que era lo único que les quedaba por hacer, para sobrevivir, o para morir con honor. Otros, como Bobby Francois, padecieron con cierta indiferencia el accidente, por citar dos reacciones distintas del mismo hecho. Pero mantenerse con vida en la montaña o cruzar media cordillera a pie en esas condiciones, no es para cualquiera. Esa es mi opinión.

Dejando de lado la parte “comercial” del accidente, de la cual podría formar parte hasta el mismo libro que acabo de leer, y que en la tapa, atravesado por una franja azul, reza: ÉXITO 2008, MÁS DE 15.000 EJEMPLARES VENDIDOS…a mi el accidente, la odisea, el sufrimiento comprimido en 72 días y en una vida, la “salvación” y reencuentro, me conmueven hasta las lágrimas. Quizá exista un condimento especial, que nada tiene que ver con el patriotismo o algo semejante, pero, hay que decirlo, ellos son uruguayos. Tuve a varios sobrevivientes cerca mío, me los crucé en la calle, o compartí momentos con sus hijos (aprovecho para mandar un saludo a Lala Canessa y a Feli Mangino), y brota en esos momentos, desde lo hondo de mi ser, auténtica, la más pura admiración. La admiración es algo irracional, supongo. Es algo que a uno lo busca, pero uno no puede buscar ser admirador de alguien. Luego de pensar un poco, de bucear en mi ser, llegué a algunas ideas que me gustaría compartir.

Siento que la vida vale más. Que tengo que estar alegre con lo que me ha tocado. Que tengo que luchar. Sólo y acompañado. Que los límites a lo posible y lo imposible son difusos, hay que forzarlos, estirarlos al máximo, sólo para saber si podías llegar o no a donde querías ir. Que la mente es poderosa, de verdad. Que se puede burlar a la muerte, abrir otros caminos. Yo, por estos mensajes que hicieron eco en mi persona, como luz, los admiro. Y les deseo una larga vida.



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6 comentarios:

Manu dijo...

Javi,
muy muy bueno, y que cierto lo que decis!
que lastima que muchos nos damos cuenta y aprendemos a valorar la vida cuando nos chocamos con experiencias cercanas a la muerte.
Lo que pasa es que nos creemos inmortales, omnipotentes, todopoderosos. Somos mortales, y aun teniendo la ventaja de saberlo no lo valoramos.
Me encanto lo que decis y lo cierto que es. A VIVIR LA VIDA!

Javier González dijo...

Muchas gracias Manu!!!
Me alegro que te haya gustado mi visión porque la escribí con el corazón.
Se hizo una rima, jaja
UN beso.

santiago dijo...

javi,
muy bueno el texto. sobretodo la referencia a 'morir mientras se vive' y viceversa. y supones bien, la admiración es irracional (por eso encantadora).
seguiré de cerca tu bitácora.

Anónimo dijo...

un placer santi, espero tus comentarios, así cobra un poco de vida!!

nos vemos,
Javi

Walrus dijo...

Javi, qué cómodo me siento al volver a tus viejos pagos!
Es como estar en casa de nuevo.

Me gustaron los últimos posts, y rescato los ideariums, que no les importa citar desde Tolstoi hasta Jennifer Lopez, pasando por Daniel Súper.

Me gusta también este aire de literatura positiva. Comparto algunas cosas de este post, y me quedo con lo difícil que debió de haber sido el después. Difícil para mal y para bien. Opciones, caminos.

Abrazo.

Anónimo dijo...

Dale Walrus!, es una buena presencia la tuya. A ver si apareces con algo nuevo en el mundo virtual.